Técnicas de relajación

Técnicas de relajación.

¿Tiene usted alguna tensión muscular? ¿Algún miedo? ¿Duerme mal? ¿Le duele la cabeza? ¿Ve la TV continuamente? ¿No sabe estar sin hacer nada? ¿Tiene ansiedad o nerviosismo? ¿Habla mucho? ¿No sabe dejar de controlar? ¿Tiene algún conflicto con alguna persona? ¿Se preocupa con facilidad? ¿Su salud es delicada?

Si ha respondido afirmativamente a alguna de estas preguntas probablemente estará interesado en estar más relajado, lograr que desaparezcan estos síntomas y descubrir qué se esconde detrás de ellos. Cualquiera de estos síntomas nos indica que en algún momento puntual o de manera más permanente hay algún tipo de tensión.

En cualquier actividad de la vida se desarrolla, de manera natural, primero un ciclo de tensión y después otro de relajación (o cese de dicha acción). Esto ocurre, por ejemplo, en el ciclo de la respiración (inspiración-expiración), en el ciclo de una emoción (sensación-expresión-relajación), en la acción muscular (contracción-relajación), o en una relación (contacto-desarrollo-ruptura).

Si interrumpimos dicho ciclo y hay alguna fase que no se termina de completar estaremos en una fase crónica de tensión, esta contención en una determinada fase consume energía, aunque esta energía es pequeña aisladamente, si se prolonga en el tiempo o se acumulan en paralelo muchos ciclos inacabados, comienza a ser más tangible. Cuando somos jóvenes tenemos normalmente mucha energía y este pequeño despilfarro no se aprecia, pero sí se hace patente produciéndose con el paso de los años una somatización que se puede manifestar a nivel físico, emocional o mental ciertos síntomas o enfermedades.

Con el paso del tiempo se puede llegar a olvidar la causa de dicha tensión y se puede empezar a generar un patrón que consiste en dejar inacabados determinados ciclos por falta de recursos a la hora de abordarlos, este olvido hace que se vayan haciendo inconscientes,  aparentemente nos sentimos más cómodos sin querer conocer las raíces de dichos comportamientos y miramos para otra parte haciendo por ejemplo alguna actividad que nos tenga entretenidos y nos haga “escapar”.

Tipos de técnicas

Puede llegar un momento en que decidamos poner remedio y empezar a buscar algo que nos ayude a encontrar alivio fuera del ámbito farmacológico.

Las técnicas de relajación son una opción, éstas nos ayudan a cambiar de estado, a tomar consciencia de que podemos vivir las cosas de otra manera, con otra actitud.

Existen multitud de ellas.

Hay algunas que trabajan desde el cuerpo físico (yoga, taichi, pilates, masajes, etc), ayudan mucho a tomar conciencia corporal, a ver como respiramos, cómo nos movemos. Ayudan a liberar bloqueos energéticos de cualquiera de los planos, a integrar el cuerpo-mente y a estar más preparados ante la vida.

Existen otras  que trabajan más desde el campo emocional (meditaciones activas, biodanza, teatro, etc), permiten a las personas expresarse de una manera individual por ejemplo, mediante la danza, en ellas simulamos cómo sentimos y nos relacionamos con las personas o las situaciones reales de la vida.

Hay otros métodos más mentales (visualizaciones, escuchas, concentración, observación, etc).

Autoconocimiento

Las distintas técnicas las podemos usar como una mera relajación puntual para un terminado momento, como cuando te tomas una aspirina, al tener una determinada intranquilidad o dolor.

Pero también como una preciosa fuente de autoconocimiento que haga que se produzcan cambios permanentes en la forma de cómo tenemos el cuerpo, de cómo sentimos o actuamos, y que permitan que ya no necesitemos realizar una determinada técnica al haber desaparecido la tensión.

Lo ideal sería que nos ayudasen a ver nuestros puntos débiles y a suministrar una vía para poder enfrentarlos y potenciarlos. Es recomendable usar técnicas que trabajen en todos los planos dependiendo de la circunstancia, hay problemas que se trabajan mucho más eficazmente desde algún plano en concreto, como cuando andamos en bicicleta es mucho más eficaz saber usar el pedal (plano) adecuado en cada momento para conseguir una marcha equilibrada, que usar uno sólo de ellos exclusivamente. Cualquier plano que dejemos sin trabajar, qué esté en la sombra (en el inconsciente), nos generará una nueva tensión, con más razón si ahí es donde tenemos nuestra debilidad.

Trabajar con el plano emocional es muy eficaz e importante ya que está íntimamente relacionado con el cuerpo físico por un lado y por el otro con la mente.

Un factor importante a tener en cuenta es que nos ayuden no sólo mejorar nuestra relación con el exterior, sino también con nuestro interior.

El saber elegir el método adecuado a cada momento es todo un arte. En algunos sitios de la India se hacen clases individuales de yoga en las que al comienzo te hacen un diagnóstico energético, y te adaptan la clase a cómo estás tú ese día. Este tipo de guía exterior ayuda a acelerar en gran medida un proceso de sanación o de aprendizaje sobre uno mismo.

Shiatsu

El shiatsu es un masaje basado en la teoría de la Medicina Tradicional China, en él se suele hacer un diagnóstico energético sobre la persona que nos indica qué energías tiene desequilibradas (meridianos), donde desperdiciamos la energía o qué plano es el más débil, esto junto con los síntomas que aparecen nos ayuda a orientar y confirmar el tipo de trabajo a realizar, con shiatsu o con otras acciones.

Uno de los efectos más comunes después de recibir una sesión de shiatsu es sentirse mucho más relajado.

Meditaciones Activas Osho®

Osho fue un místico indio que experimentó meditaciones de diversas fuentes (del mundo del yoga, sufíes, budistas, tibetanas, taoístas, tántricas, etc), fruto del trabajo de millones de buscadores, y extrajo su esencia dándole un nuevo formato hasta crear las Meditaciones Activas.

En ellas integra dos tipos de técnicas claramente diferentes, unas que califica como métodos sistemáticos (que integran el cuerpo y la mente), y otras denominadas catárticas en las que se trata de dejar la mente a un lado y permitir que aflore el mundo emocional para así descargar de represiones al corazón.

Crean un espacio para que podamos dar una vía adecuada a nuestra expresividad, de una manera lúdica, fácil y en sintonía con nuestra individualidad y sentimiento, nos ayudan a observar todo lo que nos ocurre en el momento presente (pensamientos, emociones, sensaciones físicas), nos ayudan a crear un distancia entre lo que nos pasa y lo que somos, así podremos alcanzar una auténtica y permanente paz interior.

José Antonio Espeso

Terapeuta de shiatsu y monitor de meditación

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